Propongo amarnos sin condiciones ni preguntas 
con todas las complicaciones y espinas 
pero amarnos y nada más  
ser elegantes en el habla y en el trato 
enamorar al otro con palabras 
como a mí me han enamorado con palabras 
ruborizarnos cuando alguien diga algo bonito de nosotros 
y dejar que ese color te caliente las mejillas 
el mayor tiempo posible 
porque no te avergüenzas de nada. 
Este acto romántico e improductivo será a la vez 
nuestro sello de calidad de civilización 
y la respuesta: el No absoluto a todos los que nos odian 
nos roban, nos asesinan.                                                 
Cobijarnos bajo la literatura, la música
las matemáticas si nos place… bajo el Arte 
y huir de esa lluvia fina que día a día 
gotea sandeces y corruptelas, sobornos y tertulianos 
y que va calando bajo la ropa nuestros huesos menudos 
nuestra piel dormida deseosa de caricias 
que no de chismes, intrigas y canalla  
leer y escribir y escribir y leer cuentos, poesía 
ensayos políticos si nos place, novelas o cartas 
y empaparnos de palabras para no caer en lo fácil: 
el odio irreflexivo o las malas artes 
para poder reconocernos delante del espejo 
mirarme y decir “sí, ese soy yo” y sonreir 
y no avergonzarme por nada.            
Este proceder lento y armonioso 
como un vals de esqueletos enamorados 
será a la vez nuestro salvoconducto a la eternidad en cada
instante 
y la respuesta: el No rotundo a la prisa de los indignos 
que quieren que vayamos más rápido 
para que la comida no sepa a nada 
para que nos desagrade el contacto humano 
para que la vida nos parezca una mierda 
para que no nos importe perderla o que otros la pierdan… 
para que muramos rápido. 
Apagar la tele, dormir ocho horas del tirón 
ayudar en todo lo posible… 
Recuerda la última vez que fuiste feliz, o la primera o
la del medio, da igual, y quédate con esa sensación inabarcable, irreducible,
eterna. A lo mejor fue un amor, un juguete, una cita, un e-mail, un libro, una
fiebre, da igual. Si eres capaz de recordarlo eres capaz de reproducirlo. Qué
bien te sienta esa sonrisa que empieza a formarse en tu cara de comisura a
comisura… 
Compartir esa sonrisa con el otro 
la amabilidad reposada en la lengua 
la belleza resbalando por los labios 
palabras que salen bailando 
camino de oídos dichosos, receptores de universos de pasión 
compartirnos siempre, pelarnos el corazón como un plátano 
y mondarnos de la risa 
convencernos de que no hay sólo una salida 
¿quién lo ha dicho y por qué? 
de que todas las puertas están abiertas igual que las
ventanas 
que los caminos si no están hechos se hacen 
que las cuestas son al mismo tiempo hacia arriba y hacia
abajo 
no comprar ni vender nada que de antemano 
sabemos que no vale para nada 
no vender el alma sino al amor, a la alegría 
ni firmar nunca nada salvo esa carta o ese poema 
reírnos con la misma franqueza 
con la que combatimos la idiotez impuesta 
y con la que lloramos una pena. 
Esta acción tan bienintencionada como inútil será a la vez 
nuestro pasaporte hacia algo 
parecido a la felicidad y la insumisión 
y la respuesta: el No más honesto 
a los chulos de la infelicidad, de la insatisfacción
perpetua 
de la farsa por bandera, de la mascarada continua. 
Ser valientes por mucho miedo que nos produzca 
desviarnos del cauce trazado desde tiempo inmemorial 
ser, tal vez, la oveja negra 
porque el negro combina con todo 
o porque el negro es más que el color del luto 
y mucho más que la ausencia de color 
educarnos en la cordialidad, saber decir hola y adiós 
distinguir la lealtad del paripé 
educarnos en el Humanismo porque ninguna herida nos es ajena
ningún dolor es intransferible igual que todo bien es
universal. 
“… y cuanto más sensible sea uno, cuanto más sabio, menos
prejuicios tendrá, menos errores cometerá, menos temores de los que hacerse
cargo.”
Este modus vivendi tan reflexionado como visceral 
será a la vez nuestro ADN social 
nuestra huella dactilar de manos vacías 
y la respuesta: el No definitivo 
a toda esa chusma ahorcada con sus propias corbatas 
a todos los trileros de cumbre y limusina 
a todos los navajeros de oficina y secretaria